Reseña: Los días que nos separan

LOS DÍAS QUE NOS SEPARAN  DE LAIA SOLER

PÁGINAS: 416 · 

SAGA:  No ·

PRECIO: 16'15€· 

Abril está obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella… Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor.

Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños.

Opinión personal

Cuando compré este libro, no pensaba que iba a encontrarme con una historia tan mágica como la que me he encontrado. Incluso al principio le tenía un poco de miedo, porque no sabía muy bien con lo que me iba a encontrar. Pero me alegro tanto de haber leído Los días que no separan... Se ha colado entre mi lista de libros favoritos. No hace nada que lo he acabado de leer y ya tengo ganas de volverlo a hacer.

En esta historia nos encontramos con Abril, una universitaria normal y corriente que vive en Barcelona. Un día decide ir a la biblioteca para tomar prestado un clásico, Peter Pan. Pero el libro está en un estante que no llega pero, para surte de Abril, un chico aparece para ayudarla, dando la casualidad que también ha venido a tomar prestado el mismo libro. En el momento en que sus manos se tocan se produce entre ambos una especie de corriente. Desde ese momento, Abril comienza a tener sueños extraños, sueños en los que ella es otra persona y en los que también aparece el chico misterioso de la biblioteca. En ellos, Abril es Marina, una chica que vive en la Barcelona de 1914 en un piso pequeño en el que vive con sus padres y hermanos, y que se gana la vida trabajando como sirviente, limpiando la ropa de los vecinos o cuidando de sus hijos. Un día se mudan a su edificio una familia burguesa que decide contratar a Marina para que cuide a sus hijos. Y su hijos mayor, Víctor, es la viva imagen del chico de la biblioteca.

En un intento de saber que está pasando, deja una carta dentro del libro de Peter Pan dirigida al chico de la biblioteca. De esa forma Abril y Leo (nuestro chico misterioso) comienzan a comunicarse escribiéndose cartas. Al principio Abril cree que son solo sueños pero pronto comenzará a preguntarse si no son algo más.

- Tal vez sea una señal -bromea.

- ¿De qué?
Víctor se encoge de hombros.
- Tú eliges. Las señales sólo existen y tiene sentido cuando queremos que lo tengan -opina.

Leer este libro ha sido tan intenso... Me ha producido demasiado emociones diferentes a la vez. Me he sentido Abril, obsesionada y completamente enganchada a sus sueños, queriendo dormir para saber más sobre la historia de Marina y Víctor. Yo me he pasado los 3 días que he tardado en leérmelo buscando cualquier momento y cualquier lugar para leer y saber cómo iba a terminar ambas historias.

Las historias de Abril-Leo y Marina-Víctor se van alternando por capítulos, lo que hace que te mantengas enganchado en todo momento ya que no te deja ni un minuto de descanso. Ambas historias me han parecido preciosas. Aunque al principio creía que la historia de Marina y Víctor iba a ser la típica historia de amor señorito-sirvienta, me equivocaba. Tiene algo más, algo diferente que no se describir con palabras. Igual es la forma en que evoluciona, como pasan del <<no poder verse ni en pintura>> a esa <<amor>> tan bonito. 

La historia de Abril y Leo es menos constante, ya que algunos capítulos se centraban en otros aspectos de la vida de Abril. Pero me ha enamorado igualmente. Esa forma de conocerse que más de una hemos soñado tener algún día, o la forma de comunicarse (las cartas), es tan bonito...

- Nadie puede hacerte feliz. La felicidad es un sentimiento propio que nace de uno mismo, Marina. Si yo no me siento bien con ella, ella jamás me hará feliz. 

La forma que tiene de narrar la autora hace que te metas de lleno en la Barcelona del principios de siglo xx. Y como barcelonesa que soy, me ha encantado conocer la ciudad en esa época, sus diferencias arquitectónicas, culturales y sociales. Además la autora sabe dosificar la historia. La lectura no se te hace ni lenta ni rápida, y todo pasa en el momento preciso para aumentar el interés del lector.

En cuanto a los personajes tenemos a Abril, una chica bastante normalita, sin mucho que destacar. Se preocupa por su familia, sobre todo por su hermano pequeño. Leo, al que conocemos mediante las cartas, es chico simpático y divertido, aunque poco más llegamos a conocer. Después tenemos a Marina, una chica limitada por su trabajo de sirvienta, a cuidar a sus hermanos y a traer dinero a casa. Es bastante atrevida, no se corta ni un pelo en decir las cosas y a veces me ha parecido un poco pesimista. Y finalmente, esta Víctor, que al principio es el típico señorito rico, algo creído e impertinente, pero poco a poco vamos viendo una cara diferente, más dulce y amable.

El final es perfecto. No creo que otro final hubiera sido mejor que este. Aunque tengo que reconocer que me ha dejado con ganas de más. ¡No de una segunda parte! Pero si de un par de capítulos más. Creo que Los días que nos separan se ha convertido en una de las mejores lecturas de este año y lo recomiendo sin duda alguna.

PUNTUACIÓN: 5/5

Carlota